Si es la primera vez que nos enfrentamos al término “casa pasiva” puede que nos sintamos algo desubicados, pero si hablamos de eficiencia energética, ahorro y bajo consumo, empezamos a tener las cosas más claras.
La arquitectura pasiva es la que aboga por esto y es capaz de construir casas que ofrecen un consumo energético muy bajo.
Para construir una casa pasiva, o passive house, se utilizan los recursos aplicando los principios bioclimáticos para reducir el consumo de las viviendas. En la práctica son casas capaces de ofrecer durante todo el año una temperatura ambiente confortable sin la aplicación de la calefacción convencional. Casas pasivas donde elementos pasivos como ventanas, cerramientos y aislamientos tienen un papel fundamental.
ORÍGENES
Esta filosofía de diseño surge a finales de los años 70, fecha en la que se empiezan a recoger y estudiar modelos de viviendas de EE.UU. capaces de minimizar el uso de sus sistemas de calefacción y refrigeración y por tanto su consumo energético. Para conseguirlo utilizaban a su favor las condiciones climáticas de los diferentes lugares en los que estaban
asentadas, dando lugar a construcciones capaces de funcionar sin aportaciones de energía exterior.
Contemporáneamente a esta recogida de datos, el Departamento de Energía de EE.UU. crea una guía de
diseño de casas pasivas, con el objetivo de difundir entre la comunidad de arquitectos del país un modo diferente de concebir una vivienda teniendo en cuenta cuatro factores principales: temperatura, soleamiento, humedad y viento.Para concluir dividieron los estados en diversos tipos climáticos con ejemplos de pautas de diseño pasivo a seguir para lograr una ‘casa pasiva’.
En esta guía se diferencian 16 tipos de construcciones diferentes, teniendo en cuenta su ubicación y circunstancias. Por ejemplo, la guía mostraba como para una casa de montaña sería recomendable abrirla al sol del mediodía y cerrarla al viento que es más frio. A diferencia de una casa situada en el desierto, en la quese recomienda protegerla del sol y del calor, y debemos preocuparnos en generar una ventilación adecuada. Sin embargo, esta filosofía no sé consolidó hasta 1991. Año en el que en Alemania, se estableció el estándar de construcción Passivhaus, o como nosotros la estamos conociendo, casa pasiva.
Hoy es el modelo con más futuro y que mejor trata le medio ambiente, en el que alineamos la economia doméstica con las necesidades del planeta, produciendo menos emisiones y menos gasto energético. De hecho, según la Plataforma de Edificación Passivhaus (PEP), podemos conseguir reducir en un 75% las necesidades de calefacción y refrigeración mejorando el confort interior. Algo especialmente relevante cuando estamos comenzamos a estimar que el consumo energético producido por los edificios son responsables de alrededor del 40% del total de la energía que consumimos.
